Este vino proviene de dos viñas situadas en Artazu a 451 metros sobre el nivel del mar, en suelos calizos con textura limosa y presencia de roca madre caliza fragmentada. La combinación de suelos pobres y bien drenados junto con un clima de contrastes favorece el desarrollo de cepas de Garnacha que aportan una notable expresión mineral, frescura y elegancia, elementos clave en el resurgimiento de esta variedad en Navarra.