
La cosecha del 2019 en Ainzón recuperó producción después de la muy corta de 2018. La pluviometría en invierno y primavera fue generosa para lo que nos tiene acostumbrados (+530 l/m2). Vino de baja intervención, excelente floración, cuajado, y bonanza climática en verano y otoño. Comenzó́ con un invierno templado y seco hasta que a mediados de enero comenzaron las copiosas lluvias, la primavera continuó igualmente con un régimen de lluvias muy abundantes, hasta llegar al mes de abril. La primavera fue una estación más bien templada, con temperaturas moderadas y con viento “cierzo”, que sopló suave y racheado hasta bien entrado el verano. La floración muy homogénea, tuvo como consecuencia un cuajado muy abundante. El verano fue seco y menos caluroso que el año anterior, con práctica ausencia de precipitaciones desde finales de junio, exceptuando alguna tormenta en agosto, que permitieron una lenta y satisfactoria maduración.