Una nariz inicial de hueso de cereza y almendra que rápidamente da paso a nuez moscada que nos traslada a la cocina mauriciana, con aromas de cardamomo, cúrcuma, un toque de comino, esta complejidad nos lleva a un plato de curry.
Su color amarillo dorado aporta calidez a este vino con una boca generosa y rica que revela una sorprendente longitud en boca sustentada por su frescura con notas alimonadas y matices de Combawa que finalizan con un final de pan de jengibre.